Muchos hombres trabajadores del campo han emigrado a los Estados Unidos u otras ciudades procurando una mejor vida para sus familias.

Sus mujeres que se quedaron con la responsabilidad del hogar, no han tenido otra opción más que intervenir también en el sostenimiento de los hijos y evitar el abandono de las tierras.

Juana García Palomares, Presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres Empresarias del Campo, explicó que en esa situación se encuentra hasta un  70 por ciento de las parcelas. Es por ello y que bajo la iniciativa de cada mujer,  por la que se dedicaron a reactivar cultivos e innovar en la producción.

“Ante la falta de la mano de obra masculina tenemos que hacernos cargo de esas tierras para que dejen de estar ociosas y entonces atender las oportunidades que tenemos de negocios”, explicó al indicar con orgullo que generan empleos para más familias rurales.

Su labor ha sido tan dedicada que incluso están exportando flores, café, frutas y verduras.

La tarea no ha sido fácil y para enfrentar los problemas de comercialización, el acceso a financiamientos y la asesoría, es que decidieron organizarse como Asociación Nacional, constituyéndose con 66 socias fundadoras y 500 activas.

García Palomares menciona que en este momento su preocupación son los acuerdos en el Tratado de Libre Comercio, en particular por la pesada carga tributaria que pretende Estados Unidos a los productos mexicanos.

Pero dice tener ya la alternativa: que los mexicanos volteen a ver lo que produce el campo, que lo valoren debidamente y lo consuman. Es decir, propone que, cualquiera que sea la definición, se aprovechen las fortalezas de lo que está hecho en México.

Sobre el futuro del campo nacional, dice que lo ve trabajado por igual: hombres y mujeres. “Ya no sólo es el aporte de una persona sino de dos. Cuando esa fuerza se complementa, cunado complementamos la experiencia, la iniciativa, la creatividad, el espíritu de la mujer, esa empresa adquiere totalmente otras condiciones”.

Y concluye señalando que entre todos se deben potencializar las posibilidades de creación, de creatividad y sobre todo de reinvención.