Igual que los productos  Marinela o Bimbo, los pasteles de las tiendas mayoristas Sams  y COSTCO tienen una vida útil de anaquel y una fecha máxima para poder consumirse.

Cuando está a punto de que se cumpla ese plazo, los panes dejan de ser aptos para su venta pero aún pueden comerse.  Así, algunos establecimientos los donan a centros de asistencia o bien, los colocan en recipientes para que los tome quien lo necesite.

“Hay algunas empresas que lo hacen,  otras prefieren mejor no arriesgarse, lo destruyen, lo tiran. Y por ahí otras pueden decir pues bueno, esto todavía está apto para su consumo, a lo mejor ya no comercialmente… ya no, pero hay gente que pueda consumir de manera inmediata pues lo haga, pero siempre hay que tener cuidado en ese sentido”, señaló Octavio Jiménez, Director de Regulación Sanitaria del Instituto de Servicios de Salud.

Sin embargo, algunos de los pasteles, pays, donas u otros panes  van a parar a los tianguis, donde sólo los vendedores les borran la etiqueta con la fecha de caducidad y los comercializan por rebanadas.

“Puede haber situaciones de mala fe que lo lleven a los tianguis. Hemos estado pidiéndole al municipio en las áreas de su competencia que nos echen la mano sobre todo en los tianguis y no nomas con eso, sino en todos los demás productos”.

Octavio Jiménez agrega que se mantiene una supervisión permanente, pero sí se requiere esa ayuda de las autoridades correspondientes de los municipios, porque esos alimentos se podrían estar vendiendo sin higiene e incluso ya caducos.