Aguascalientes

NECESARIOS POLÍTICOS EDUCADORES Y NO QUE SE CREAN LOS PADRES DEL PUEBLO

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Innegablemente y por desgracia, no hemos tenido verdaderos y auténticos educadores del pueblo, consideró el canónigo Casimiro Serna, al referir sobre las fallas que muestran los políticos de nuestra época de quienes dijo, deberían dedicarse a trabajar por el bien común de las personas.

“Pero trabajar por el bien común no es darles en la boca, no es ser los papás de ellos. No es ser eso, sino ser los educadores en el orden material, en el orden temporal, eso debíamos de hacer”, explicó.

El sacerdote católico considera que aún es posible corregir el rumbo del país. Así lo explica: “pues tendrían que venir personas con verdadera visión, no con los ojos clavados en la tierra sino viendo adelante cómo sacaríamos a un país, cómo se puede educar a una persona. Los estudiosos dicen que se ocupa por lo menos 18 años para poder educar realmente a una familia. ¿Cuántos se ocuparán para educar a una comunidad en donde tú sabes perfectamente que tenemos el libre albedrío?;  y con el libre albedrío, yo así lo digo con palabras caseras no con palabras filosóficas para que lo entendamos, es hacer lo que a mí me da mi regalada gana. ¿Cómo hacemos que las personas cambien? Solamente con una acción educadora…solamente, donde ellos vean dónde está el bien y realmente que eso es beneficioso para mí”.

Refirió además que ha faltado ser organizados en el trabajo y buenos previsores de los bienes materiales. Hay un círculo vicioso en ese sentido del que difícilmente se podrá salir, según su consideración.

“No es cuestión de implantar ideologías, no es cuestión de implantar lo que yo pienso. Es cuestión de educar. Si todos nosotros desempeñáramos el papel que nos toca…  México tiene muchos recursos, muchísimos recursos. Tantos tienen que todavía no se los han podido acabar a pesar de la corrupción de la que tanto hablamos que se va a acabar. ¿Pues cuál corrupción están acabando?”, se preguntó.

En el caso particular del político, Casimiro Serna dijo que la omisión y la negligencia a sus deberes es pecado grave, aunque perdonable. “Indudablemente que es perdonable porque mi Padre Dios es misericordioso…si se arrepiente… si nos arrepentimos. Eso es lo que nos dice el Evangelio: si yo me arrepiento él me perdona”.

 

 

 

 

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