Aguascalientes
LA PESADILLA AMERICANA
José Luis Martínez dice ser testigo de que el llamado sueño americano no existe. A sus 65 años de edad, decidió probar suerte en los Estados Unidos a fin de darle una mejor vida a su familia, que reside en Tapachula, Chiapas.
Para cumplir el objetivo, pidió prestados 6 mil dólares a fin de pagarle al coyote su cuota. Luego hizo el viaje por diferentes medios, entre ellos el tren la “bestia”, en camión y a pie. Viajó desde Chiapas hasta Fresno, California en un trayecto que duró tres días y tres noches.
“Todo lo que uno no ve en esos viajes. Problemas de todo tipo y a hasta con delincuentes, pero siempre me ayudó que yo soy bien portado”, consideró.
José Luis fue contratado como jardinero en una residencia, labor que sólo pudo desempeñar por dos meses, hasta que, en una reacción discriminadora el mayordomo lo denunció a migración y fue deportado.
“Me dejaron en Agua Prieta, Sonora. No pude traerme mi mochila con mi ropa. Desde allá me he venido de raid y pidiendo limosna”, dijo.
¿Y su familia que dice? Se le preguntó
“Todavía no saben, no quiero que se enteren porque se van a alarmar todos por cómo ando, pero son experiencias duras que vive uno”.
En su plática con la Contra [PORTADA], José Luis mencionó que han transcurrido 20 días desde su deportación y aún le falta al menos una semana de viaje. Recorrer dos mil kilómetros hasta Tapachula no es cualquier cosa, dice.
“Pero yo me siento muy libre aquí en mi México. Vale más mi vida que cualquier trabajo, ya no vuelvo”, señaló haciendo expresiones de optimismo.
¿Y qué hará al llegar a Chiapas?
“Tendré que vender mis dos hectáreas de tierras para pagar esa deuda de 6 mil dólares que dejé. No pude juntar dólares, pero agradezco a Dios que estoy bien”
A su paso fugaz por Aguascalientes, recomendó a quienes suponen que en Estados Unidos van a encontrar la riqueza que no tienen en México, que lo piensen bien. “Se sufre mucho y hay que jugársela siempre. Yo ya lo que quiero es llegar a mi casa con mi familia”, concluyó su comentario.