Aguascalientes

HAN SIDO LAS MUERTES MÁS IMPACTANTES EN AGUASCALIENTES

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Un equipo de 125 personas colabora en el Servicio Médico Forense, el área responsable de recibir, analizar, identificar y certificar los casos de muertes que se consideran como no naturales.

A esa área de la Fiscalía General llegan en promedio diario dos  víctimas, ya sea de  atropello, homicidio, accidente, por condiciones no identificadas o bajo sospecha y también suicidas.

Ningún cadáver se va sin diagnóstico, asegura Jorge Sosa, Director General de Investigación Pericial.

En una autopsia, las partes que se les revisan son el cerebro, los pulmones, el corazón, el hígado, los riñones, la cavidad gástrica y la  vejiga.

En esa difícil actividad, el responsable del área forense en Aguascalientes identifica en sus 28 años de trabajo, dos hechos que de alguna manera han marcado su profesión: fue en el año de 1999 cuando en el barrio de La Estación,  se encontró en un contenedor de basura y envuelto en cobijas, a un menor víctima de violencia. Luego se conoció que el responsable de su muerte fue su padrastro del que nunca se logró su captura.

“Todos los casos son muy impactantes, porque estamos hablando de muertes y son  sensibles. Pero yo considero que el caso que más me ha dejado conocimiento y me ha marcado en cuestión sentimental es el del niño del contenedor”, indicó Jorge Sosa.

Y sobre el hecho más complicado que les ha tocado resolver en estas casi tres décadas, tiene que ver con un accidente aéreo.

En el año 2004 una avioneta de la PGR cayó en la comunidad de Milpillas, Jesús María, perdiendo la vida sus 7 ocupantes.

“Porque ahí fue el trabajo muy difícil, sobre todo de determinar hasta el motivo por el cual se cayó la avioneta… la identificación de los cadáveres que fue impresionantemente difícil, porque ahí son eventos donde las temperaturas en fuego consumen completamente al cadáver”.

Ese trabajo les llevó 15 días y fue un peritaje de entre 800 a 900 hojas.

Agrega que en el proceso de identificación cadáveres se cumplen localmente con todos los protocolos internacionales y éste puede llevarse de 4 a 24 horas, depende del trato que se siga, ya sea médico, de criminalística o genético.

Toda su información obtenida queda en un banco de datos y se comparte con el Consejo Nacional de Genética, que administra la PGR.  Cuando nadie reclama un cuerpo, permanece en el anfiteatro bajo refrigeración de tres a cuatro meses. Luego de ello pasaría a una fosa común, donde aún sus familiares pueden solicitar su entrega.

Son de 3 a 6 los cadáveres en promedio al año, los que no son identificados ni reclamados.

 

 

 

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