Editoriales

SIN MIEDO A LA VIDA

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Óscar F. Fernández

Persona

La “persona”, como materia de estudio, no ha dejado de despertar interés, aunque se continúa con grandes enigmas sobre su ser más íntimo. El concepto que se tiene de persona no ha sido capaz de detener el ataque al que se ha visto sometido, pues se ha separado indebidamente los conceptos de ser humano y persona: “no todos los hombres, ni en todas las fases de su vida, ni en cualquier situación de su conciencia, se nos dice, son personas”. Se maneja en la opinión pública, procedente de cierto ambiente intelectual, el que no está justificado gastar dinero en niños con síndrome de Down y que se podría emplear en salvar a otras especies en peligro de extinción; que el infanticidio y el aborto no son acciones criminales, al no ser personas, pues les falta la conciencia del propio yo; que un hombre dormido es tan solo un ejemplar de una especie, y no falta a ninguna norma quien impidiera que volviera a despertar . Ante lo cual resultará esclarecedor demostrar que todo ser humano es persona.

¿Qué es la persona?

La definición clásica de “persona” pertenece a Boecio (480-524 d. C.): substancia individual de naturaleza racional (rationalis naturae individua substantia). Sustancia se refiere a que existe por sí mismo, con independencia de su peso, color, edad, estatura, lugar, etc. Individual significa que, unificados sus componentes, se trata de un ser distinto de los demás: es tal sujeto y no otro. Naturaleza no es otra cosa más que la esencia hecha vida, esto es, la forma de actuar según cada especie. La racionalidad procede de tener inteligencia y voluntad, y por eso, ser capaces de seguir un fin reflexivamente, de satisfacer las necesidades materiales con la inteligencia, de decidir o de arrepentirse de cualquier decisión, en definitiva, de ser libre.

Es verdad que un hombre puede perder muchos de sus atributos –la inteligencia, el valor, la robustez, la belleza-, pero nunca dejará de ser un quién, con una sed de infinito, es decir, una persona. Resulta elemental la afirmación de que el ser que realiza obras es superior a sus obras: sonatas de violín, ecuaciones matemáticas, dramas. Cada hombre es irreductible, aunque comparta con otros seres la misma forma de ser (naturaleza), es “el cada quién”, nadie es la persona de otro, ni tampoco es pura y simplemente lo que es, quienes somos no se identifica evidentemente con lo que somos. ¿Qué es ser persona? Es alguien único; es realizar la esencia humana común como total novedad .

Para entender qué es ser persona, es conveniente aclarar que existen cuatro niveles de ser:

A) Materia inanimada;

B) La vida. En esta hay más ser que en un ser inanimado ¿por qué? Porque hay mayor actividad: nutrirse, desarrollarse, multiplicarse Una bacteria (por ejemplo), despliega algo que toda la vía láctea no puede lograr, por inerte. La energía no es vida, pero la vida siempre es energía;

C) El conocimiento animal. Siente, pero carece de intimidad;

D) La conciencia de sí. Se tiene conciencia propia y se incrementa al tratar a los demás.

Cada nivel es superior al anterior, porque lo abarca y desde él se entienden los niveles inferiores al suyo. Los cuatro niveles son irreductibles, uno no es el otro. Con razón se ha dicho operatio sequitur esse (la operación –el hacer- sigue al ser), por lo que se concluye lo que son las cosas; por ejemplo, un animal no es inteligente porque no se detecta en sus operaciones el que lo sea. También se puede entender de otra manera: si hay operación, hay ser; sin embargo, las operaciones tienen carácter intermitente y el ser es permanente, aunque si hay ser, hay alguna actividad .

La persona es especial, singular, una manera de usar el pronombre “yo”, que resulta al margen de sus cualidades o de sus carencias, pues nombra a quien lo pronuncia. No se imputa un “yo” a nadie .

A propósito de esto, un amigo muy ocurrente y bromista, Emilio Palafox, preguntaba a un gemelo cuando lo veía solo: “pero dime, eres tú o tu hermano”, a lo que el otro, muchacho de secundaria, respondía: “soy yo, mi hermano es otro”. Y Emilio respondía “¡Ah, yo creía que eras tu hermano!”.

Y también en el cine es posible tomar ejemplos, así la película que protagoniza Pedro Infante, titulada “Los Tres Huastecos”, realiza cinco personajes, tres de ellos muy definidos, son –supuestamente- triates, y los otros dos personajes son el disfraz que asumen dos de ellos del tercero, que, sin dejar de ser ellos –obviamente-, toman el papel de su hermano, pero aun siendo idénticos (como dije es la misma persona, el mismo artista), se percibe que en realidad es un hermano con disfraz.

La literatura también ofrece metamorfosis: la princesa queda convertida en rana, hasta que el beso de un príncipe la vuelve a lo que era. El mundo de la ficción indica de forma estética que el ser del hombre es distinto de su aspecto y cualidades .

El hombre tiene un reto, llegar a ser quien es. La distancia entre lo que es verdaderamente un ser vivo y lo que es fácticamente, da como resultado la diferencia interna. En el hombre es algo constitutivo, que lo distingue del resto de seres sobre la tierra. Ese es el destino del hombre, del que únicamente él es consciente: como del bien, el mal, la vida y la muerte .

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