Aguascalientes

ELECTROCUCIONES, ASFIXIA, GOLPES, INGESTA DE AGUA SALADA…ASÍ TORTURÓ LA ERA DE FELIPE MUÑOZ PARA QUE SE DECLARARAN CULPABLES

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De ninguna manera se tratan de historias de terror. Son casos reales sobre la tortura extrema practicada en la entonces Procuraduría General de Justicia, a cargo de Felipe Muñoz Vázquez y que certificó la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

En la cárcel hay culpables torturados pero también inocentes que tuvieron que culparse para seguir con vida y cuidar que a sus familias no les hagan nada, según relatan.

Christian Fernando Hernández Guzmán, fue uno de los torturados con mayor crueldad, pero que es un caso independiente y nuevo  a los que ya confirmó Derechos Humanos.

Él fue detenido el 2 de mayo del año 2012 acusado por el robo de una caja fuerte de un antro de la Feria Nacional de San Marcos, en el que entre los presuntos perjudicados se encontraba precisamente el Presidente del Patronato de la Feria Nacional de San Marcos, Alejandro Alba Felguérez.

Un comando de la ministerial llegó al lugar donde se encontraba, una casa donde se rentaban cuartos y en donde los golpes se repartieron entre los 18 asistentes que había.

Comenta que a  él lo desnudaron, lo sujetaron con esposas y con un cable de luz que estaba conectado a la televisión le daban toques mientras mojaban su cuerpo. También le quemaron sus genitales.

Querían que les dijeran dónde estaba el botín. Pero él decía desconocer del tema.   Por ello le colocaron una bolsa en la cabeza para asfixiarle y se lo llevaron a la entonces casa de arraigos donde lo golpearon hasta dejarlo moribundo. Identifica como su principal agresor a Felipe Muñoz.

“Yo lo ubico a él perfectamente. Él llegó a la casa y empezó: chingáte a este; a ver jala a aquél. Tráete este acá. Él estaba ordenando a quien torturaran y a quien no torturaran, incluyéndome  a mí”.

Internado en el Hospital Hidalgo, se valió de una llamada a escondidas para avisar a su familia que ahí estaba. Enterados sus custodios de lo que hizo, se lo llevaron sin que lo dieran de alta sus médicos.

Christian Hernández  estuvo en prisión 2 años y 8 meses. Salió absuelto. Hoy cree que Felipe Muñoz quiso quedar bien con sus jefes, uno de ellos Alfredo Castillo.

También refiere conocer que en la Comisión Estatal de Derechos Humanos hubo bastantes denuncias de torturas, pero desaparecieron los archivos porque a nadie convenía trascendieran a la opinión pública. “Porque explotando la bomba van a caer muchas cabezas”.

Otro caso es el de José Guadalupe Durón Leos.  Lo detuvieron en julio del año 2011 acusado de violación y robo, hechos que nunca le comprobaron y por los que fue absuelto en enero del 2014.

“La tortura es algo inadmisible e incomprensible porque hasta la fecha sufre uno. Con mi tortura… cuando fueron a mi domicilio, me saquearon, me robaron, me llevaron a la Policía Ministerial. Yo ubico claramente a Felipe Muñoz porque él fue el primero, el que me dio el primer puñetazo. Porque me llevaron con la camisa boca arriba, tapándome mi cara.  Cuando recibí… que me ingresaron a la Policía Ministerial, me dieron un golpe aquí y caí hacia arriba,  y le ubiqué a él, que fue el primero que comenzó”.

Explica que no sabía de qué se le acusaba. Después de una ronda de golpes,  le pusieron una venda en la cabeza. Sólo le dejaron la nariz al descubierto. Enseguida le dieron a ingerir agua que dice era salada. No paraban de darle de ese líquido  hasta que sentía que iba a explotar. “Yo le decía que no, que no sabía de qué me hablaba. Se dejaron caer en mí, y este hueso me lo quebraron de aquí. Las costillas… salían el agua por el ano, pero seguían muchas veces. Posteriormente, al final con una bolsa negra,  de las que venden en los Oxxos, con cierre así… con un lacito que me apretaba. Como estaba muy mojada,  se adhería a mi cara y me asfixiaba hasta que perdí el conocimiento y me llevaron al Hospital Hidalgo. Me arraigaron 42 días. En el lapso de esos 42 días me sacaron a los 30 días  que a que declarara, obligándome a que tenía que firmar una supuesta declaración pero no firmé nada”.

Explica que amenazaron los judiciales con violar a su esposa y secuestrar a sus hijos. Del proceso del que se le acusó salió absuelto.  Ahora no tiene antecedentes penales.

Tomó muchas terapias psicológicas para superar el trauma que le provocaron. Hoy sólo pide justicia y que Felipe Muñoz reciba el castigo que merece. “Si él merece estar en la gloria que lo esté, pero si merece estar en el infierno que también lo esté porque… pues es un torturador él y toda su gente, junto con Ibarra y todos esos que estaban en ese tiempo”.

 

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