EL BUEN FIN, CON ENCANTOS Y TRAICIONES

Aunque el Buen Fin  tiene su lado bondadoso con la estimulación del consumo y la consecuente reactivación económica, sobre todo en el sector formal, también resulta perjudicial frente a la indecisión y el espíritu impulsivo de quien usa la tarjeta de crédito.

Santiago Hernández Pizarro, jefe de academia de Finanzas de la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Panamericana, recomendó ser racional sobre el endeudamiento y adquirir lo que realmente se necesita en el hogar.

Las ofertas y promociones de bancos a meses sin intereses, tienen como efectividad el que se evite una pérdida de liquidez por hacer el pago en una sola exhibición, pero sus meses sin intereses son una facilidad más no un descuento.

Hernández Pizarro explicó así, que las ofertas sólo son ahorro cuando es para algo que ya se había planeado comprar, si no es «gasto con descuento».

Es mejor no prestar el crédito para compras del Buen Fin. Tampoco incrementar los adeudos cuando ya hay otros créditos.

Si no se puede gastar, detalla, es mejor esperar a enero, cuando varias tiendas descontinúan mercancías por fin de temporada.

Finalmente, sostiene que es común encontrar publicidad engañosa o una oferta que realmente no lo es —el típico “subo el precio unos días antes para bajarlo”— Ello, indicó,  debe denunciarse de inmediato a la Procuraduría Federal del Consumidor.