UNIVERSIDADES BUENAS Y MALAS

El ser una universidad buena, formadora de excelentes profesionistas, “consiste en añadir algo real a una persona, mientras que el mal consiste en quitarle algo real”, consideró Rafael Alvira Domínguez, catedrático de filosofía y emérito de la Universidad  de Navarra.

Durante la celebración del Claustro de Profesores de la Universidad Panamericana, campus Bonaterra, denominado “Legados y Retos”,  también señaló que, cuando una institución de educación superior es capaz de ofrecer a sus alumnos competencias profesionales, formación cultural y  social es una buena escuela.

Sostuvo que la clave para ello son los maestros que educan con amor al saber y a la ciencia.  Al mismo tiempo, cuestionó que los planes académicos internacionales tienen hoy mucha técnica y poco espíritu.

En tanto, José Ignacio Martínez, Vicerrector de Investigación y Posgrado de la Universidad de los Andes, estimó que el maestro universitario tiene que ser capaz de transmitir el conocimiento técnico pero también entusiasmar al alumno para poder descubrir el interés por el saber.

Reconoció que en este tiempo, se percibe  un apoyo importante desde el Estado y desde las instituciones universitarias  al desarrollo de las ciencias duras y un cierto descuido a las humanidades y ciencias sociales.

Al hablar sobre los desafíos de la investigación científica para una universidad con orientación católica, estableció que es plenamente compatible la fe y la razón.

En el Claustro también participaron los académicos invitados Ángel Gómez Montoro y Félix de Moya Anegón.