TERREMOTO PRIISTA SACUDE AL GOBERNADOR

La debacle del PRI en el pasado proceso electoral cobró a su primera víctima con la renuncia de Manlio Fabio Beltrones a la dirigencia nacional, lo que además da holgura a la actuación del presidente Enrique Peña Nieto sobre las decisiones partidistas.

Pero Beltrones no se va solo. Su salida representa un tiro de gracia a las pretensiones futuristas de quienes conforman el grupo político del gobernador Carlos Lozano de la Torre.

Antes de dejar las riendas del PRI, Manlio Fabio dijo no admitir la idea de que con otros candidatos “hubiéramos obtenido distintos resultados”.

En el proceso de las impugnaciones de los comicios, Beltrones se adelanta y admite que lo conseguido el 5 de junio pasado es un “tropiezo electoral”, aunque agrega que eso no implica que sea una derrota política.

Pero también repartió culpas al insinuar una responsabilidad de Peña Nieto al sostener que “en el centro de esta discusión, se encuentran reformas estructurales”.

Subraya que “el partido en el gobierno debe apoyar, y su gobierno debe comunicarse y comprometerse más con su partido.  Es necesario que haya una correspondencia y retroalimentación en las agendas de gobierno y partido”.

Además señaló que el PRI tiene que cambiar con una transformación a fondo que atienda a la gente.

Sabiendo bien de lo que habla y de la calidad de su gente, Beltrones también reconoce que es urgente y prioritario que se refuerce la rendición de cuentas de los servidores públicos, de los gobernantes y de todos los integrantes del PRI.