TELÉFONOS DESTRUYEN

Las familias y con ello la sociedad en general, se  enfrentan a una seria amenaza de destrucción por una nueva corriente ideológica impulsada por el materialismo y la tecnología, a la que se denomina relativismo.

Para el sacerdote católico Luis Felipe  Suárez, de la Diócesis de Kansas, City en los Estados Unidos, las comunidades evidencian los primeros efectos de la sentencia con la falta de diálogo directo  entre las personas, el cual está siendo sustituido por los dispositivos móviles como son los teléfonos celulares, las tabletas y computadoras.

“Si esto sigue la cosa va a ser más grave. Si continuamos en esta tónica de perder las relaciones sociales, de dejarnos consumir, de dejarnos atrapar por la tecnología en este momento, en cinco o diez años tendremos otro tipo de sociedad: una sociedad mucho más incomunicada”, advirtió.

Explicó a la Contra PORTADA  que el relativismo se da en una mentalidad muy camuflada, pero basta mirar el trato que hoy tienen las familias y cómo funcionan.  “Simplemente vea, todos están sentados en la mesa; se supone que nos reunimos a compartir los alimentos pero a su vez  a conversar.  Pero la relación se enfría porque en lugar de construir un diálogo todos se encuentran ocupados en sus teléfonos”.

Hay quien supone que eso no es malo y a nadie afecta; sin embargo no se está socializando que es muy importante, sobre todo en esta época. “No estoy matando, no estoy robando, no estoy agrediendo porque estoy en mi iPhone… sí, pero las consecuencias son fatales  porque tú te encierras totalmente. Se olvida que estás en una mesa donde hay una sociedad, ya hay una pequeña sociedad, en este caso el núcleo familiar, la sociedad familiar. Y nos debemos sentar a construir, a debatir, a socializar, a convivir pero el capitalismo, el materialismo, la misma tecnología nos está acabando nuestra relación, nuestra comunicación.  Estamos en la era de las comunicaciones y es cuando más incomunicados estamos”, agregó.

Pero el problema no es exclusivo de las familias, porque dijo que también se hace extensivo a nuestro encuentro con otras personas y hasta en los centros de trabajo.

Luis Felipe Suárez detalló que el relativismo es también salirse de las normas universales, de las reglas establecidas en el hogar y la sociedad. Es adaptar un sistema de vida a conveniencia y sin considerar las afectaciones que puede tener el entorno.

“Si sacamos la fe con el relativismo, si quitamos las verdades eternas y sacamos la espiritualidad, comenzamos a quebrantar la familia. Todo eso comienza, capitalismo, socialismo también son ataques horribles a la fe, a la familia a Dios”, puntualizó.