Adolescentes y jóvenes que carecen de afecto y atención de sus padres no solamente corren el riesgo de caer en las adicciones  sino también en otro tipo de problemáticas que reflejan el daño al tejido social, mencionó Erika Padilla, Coordinadora del Proyecto “Juntos por la Vida”, del DIF Estatal.

“El que no se sientan aceptados, el que no se sientan queridos, el que no se sientan escuchados dentro del entorno familiar pueden optar por puertas falsas como embarazos no deseados, algún tipo de  consumo de sustancias adictivas y otro tipo de cuestiones”.

Incluso el suicidio sería parte de una de esas causas complejas que lo derivan. “Lo que hemos nosotros percatado es que la verdad, donde hay suicidio es una dinámica familiar mucho muy toxica”.

Erika Padilla coordina a los 81 psicólogos que se encuentran en igual número de secundarias públicas, asesorando a los alumnos y sus padres.

Señala que se atienden varios casos en los que los jóvenes se encuentran desmotivados hacia cuestiones académicas. También muestran confusión en cuanto a la orientación sexual  y no faltan los problemas de adicciones, principalmente por drogas lícitas como el alcohol y el tabaco.

La ausencia de los padres sobre todo por cuestiones de trabajo, hace que queden al cuidado de abuelos o incluso solos en casa. Así, pueden caer en lagunas emocionales y en trampas fáciles que les perjudican.

“Hace falta mucha atención. Los adolescentes están en una etapa… la característica del adolescente es que busca identidad.  El joven al buscar identidad busca personas que lo acepten, que lo comprendan, que lo escuchen, que lo orienten.  Como no hay una figura, si no hay una figura del padre que esté haciendo esta función pues obviamente que el chico busca otras figuras que pueden ser los amigos, y muchas veces sabemos que los amigos no traen una formación adecuada o traen ideas que no les son benéficas para el adolescente, entonces es ahí donde un poquito los adolescentes pueden tomar malas decisiones”.