Aguascalientes
SON MENSAJES OCULTOS EN MURALES DE PALACIO
Los murales de Palacio de Gobierno describen sucesos y sentimientos propios de una época que data desde hace más de 50 años, pero que coinciden con escenas positivas y negativas de los tiempos actuales: empuje económico, la edificación de un estado basado en el esfuerzo de la gente, las marcadas desigualdades sociales, los egos de gobernantes y desde entonces, la corrupción en los entes oficiales.
Luciano Ramírez Hurtado, profesor-investigador del Centro de Ciencias Sociales y Humanidades de la institución de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, se ha dedicado al estudio de los cinco murales elaborados por el pintor chileno Oswaldo Barra Cunningham, discípulo de Diego Rivera, en los dos patios de la sede del Poder Ejecutivo.
En ellos ha encontrado mensajes que para algunos son ocultos o pasan desapercibidos, y que incluso quienes son guía de turistas no los advierten.
Para quienes tienen que hablar sobre ellos a los visitantes hay una sugerencia del catedrático: “debían documentarse mejor, debían de leer más de historia y de historia del arte, porque si bien le dan sal y pimienta al contar anécdotas y hablar de ciertos personajes, a veces pueden ser acertados pero a veces pueden estar faltando a la verdad”.
Por ejemplo, el mural que describe la celebración de la Feria de San Marcos, a simple vista se aprecian personas comiendo, bailando, bebiendo y divirtiéndose. Pero lo cierto es que es una crítica social del autor. La composición dispone de figuras tutelares como la diosa fortuna, que tiene que ver con los juegos de azar; la alegoría del dios Baco, el dios del vino y la diosa de la sensualidad.
Persuasivamente son los elementos que incidirían en los máximos festejos de Aguascalientes como en otros ámbitos, en el que se encuentra una burguesía que está empoderada y explotando a las clases marginales. Pero también aparecen elementos que juegan a favor de los pobres como son la asistencia social, un gallero y un trovador en pobreza y un torero charro.
Destacan personajes que han trascendido por la polémica más que por su aportación que pudieron haber hecho al estado, como Luisa Fernández, a quien se le asigna el mérito de separar el territorio de Aguascalientes de Zacatecas por medio de un beso, y Consuelo Elías la “Pelos de Oro”, prostituta que regenteaba la casa de citas “La India Bonita” y que posó para el artista chileno.
Ella también representó a la prensa, a la cual le consideró de estar al servicio de los poderosos, de los ricos y por tanto se distinguía por ser una prensa corrupta y prostituida.
Entre los murales que Barra hizo en 1992, dedicó un espacio a quedar bien con el entonces gobernador Miguel Ángel Barberena Vega. Cedió a su libertad creativa con tal de darle gusto a su patrón, es decir, quien lo contrató para pintarlo.
“El artista está tratando de hacerle la barba al gobernador, tratando de quedar bien y lo pone como un personaje que está al tanto y dirigiendo personalmente la obra pública, pero la interpretación también es que es un acto de auto halago. Si el gobernador paga la obra del artista y el artista lo pone, hay un auto halago, es un juego de espejos, digamos. También es un acto de megalomanía, al delirio de grandeza que tienen los gobernantes que no resisten la tentación de pasar a la historia, en este caso en una manifestación pictórica”, concluyó.