Aguascalientes
QUIEREN QUE YA NO SE CUIDEN LAS ESPALDAS GOBERNANTES ENTRANTES Y SALIENTES
Ricardo Anaya llegó tarde pero sin sueño a la cita con la militancia de los partidos que conforman la Coalición “Por México al Frente” y todos se mantuvieron tan juntos como revueltos.
Los distintos grupos que forman parte de las corrientes del PAN y del PRD estuvieron presentes. Pocos pero dispuestos para la foto, fueron los de Movimiento Ciudadano. Esa mezcla que aún algunos cuestionan sirvió también para medir la popularidad rumbo al futurismo en las candidaturas. Entre los suspirantes que se encuentran en la banca, el más aplaudido resultó ser el ex alcalde Juan Antonio Martín del Campo y por quien el salón del complejo Tres Centurias casi enmudeció fue cuando se nombró a Rubén Camarillo.
El precandidato presidencial encauzó su discurso a medir el México que busca y el que se tiene contra el que proponen el contendiente del PRI José Antonio Meade y Andrés Manuel López Obrador, de MORENA.
Entre lo rescatable estaría un enésimo compromiso por el combate a la corrupción, pero que dice ahora si sería real mediante tres planteamientos: dar muerte civil a los funcionarios y empresas condenadas por actos de corrupción, eliminar el fuero y la prescripción de los delitos graves relacionados con actos deshonestos de los servidores públicos. También, el ya no permitir que los secretarios de finanzas manejen dinero en efectivo, sino que cualquier transacción se haga por transferencia bancaria para darle seguimiento.
Ello implicaría por fin, romper con el pacto de impunidad que llegan a generar las administraciones entrantes y salientes en los gobiernos, ese que se distingue por cuidar las espaldas.
“Cuando nosotros ganemos las elecciones no va a haber venganza pero sí va a haber justicia. El que la haya hecho la tendrá que pagar y si alguien cometió un acto grave de corrupción tendrá que pagar las consecuencias”, fueron sus palabras.
Anotó seis las prioridades en su gobierno, aunque terminó enumerando siete cuando estaba por omitir la más importante: recuperar la paz y la tranquilidad en el país mediante un cambio en la estrategia de seguridad.
Las otras que citó fueron acabar con la corrupción de raíz; también con la pobreza extrema y reducir las desigualdades sociales en el país; acabar con la impunidad; implementar una economía que crezca para todos; la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, y recuperar la dignidad al no volver a permitir que México se ponga de tapete a los Estados Unidos como ha ocurrido en el gobierno de Enrique Peña Nieto.