El problema del suicidio en Aguascalientes se agudizó en parte por la falta de coordinación y de compromiso de las autoridades y de aquéllas instancias que dicen ser parte de la solución.

Programas para prevenir y atender el problema sólo han dado como resultado el superar las cifras históricas en muertes provocadas.

El Gobierno del Estado presentó una nueva estrategia en la que espera, ahora sí, frenar y detener la ola suicida.

El Secretario de Salud, Sergio Velázquez explicó que de haber heredado un presupuesto  de 2.8 millones de pesos para la salud mental, en este año se cuentan con 15 millones.

En unos dos meses se abrirá la Casa Santa Anita, para ofrecer psicología infantil y se lanzará la plataforma VIVE, que operará las 24 horas, todo el año dando respuesta a quienes enfrentan la depresión.

Sobre los programas que resultaron ser fallidos experimentos para impedir el suicidio, dijo que  ahora en la coordinación de esfuerzos se espera responder a los múltiples factores que lo originan.

“En momento dado, el comportamiento que pudieron tener los actos de auto privación de la vida pues desde luego los resultados no son de inmediato; obviamente hay que trabajar mucho en ello por la complejidad del tema, por la multiplicidad de aristas, por la situación y la gran cantidad de factores sociales, culturales, familiares que intervienen en este proceso”.

Héctor Grijalva, Director de Salud Mental, agregó que se  hizo  una reingeniería del personal que atiende en instituciones del sector oficial.

Además, se reactivaron los consejos estatales para la Salud Mental, para la Prevención del Suicidio y Contra las Adicciones, así como las actividades de acercamiento comunitario.

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Grijalva mencionó que los adolescentes que intentan quitarse la vida sólo revelan una problemática que se origina no propiamente en la escuela sino en su familia y el ámbito social.

“El suicidio es un homicidio, es un delito violento, es un hecho violento que no es delito, no está etiquetado como delito pero es un hecho violento”, aseguró.

Mención aparte hizo de más de 5 mil niños que reciben algún tratamiento y que en muchas ocasiones no se atendían como se debía al confundir problemas de salud mental con rebeldía o berrinches.