Aguascalientes
NOS TOCA CONSTRUIR UNA SOCIEDAD MÁS FRATERNA Y SOLIDARIA
La Diócesis de Aguascalientes celebra 125 años de su creación y como parte de su conmemoración, el obispo Juan Espinoza promulgó el Quinto Plan Diocesano de Pastoral, que representa para la iglesia local una guía de evangelización con vigencia desde ahora y hasta el año 2033.
En la ceremonia religiosa, el Nuncio Apostólico en México, Joseph Spiteri reconoció en Aguascalientes a una Iglesia viva, unida en la fe y la caridad.
Durante su homilía se refirió al cuestionamiento de que cómo es posible que prevalezca en la sociedad la injusticia, la violencia, las divisiones, las enfermedades, las luchas fratricidas con ambiciones de poder, con la imposición de ideologías que no respetan la dignidad de las personas y de sus derechos fundamentales.
A lo que respondió: “sabemos muy bien que es parte del misterio del pecado, el misterio del mal que existe en el mundo”.
Sostuvo que a cada uno corresponde trabajar por un mundo más justo, en no caer en la tentación de cometer injusticias con el prójimo. También a respetar la dignidad de cada persona, respetar a quienes no piensan como uno, de los más necesitados y a quienes se ven alejados de la Iglesia.
“Toca a nosotros construir una sociedad más fraterna, más solidaria con nuestro ejemplo, con nuestras obras, con obras de misericordia”.
En la ceremonia, a la que también se dieron cita autoridades civiles y empresariales, el obispo Juan Espinoza recordó que hace 125 años la Diócesis nació con sólo cinco parroquias. Actualmente son 124. La demarcación es de poco más de 11 mil kilómetros al considerar los 11 municipios de Aguascalientes, cinco de Jalisco y tres de Zacatecas. La población es de un millón 600 mil habitantes, donde el 87 por ciento profesa la fe católica.
“Nuestra Iglesia no está exenta de los vientos culturales actuales y de las tendencias ideológicas que denigran la dignidad humana y pretenden oscurecer los valores auténticos y la riqueza de la fe”, resaltó.
En cuanto al Plan Diocesano de Pastoral, indicó que deberán aplicarlo todos los sacerdotes diocesanos y religiosos, los consagrados y laicos que trabajan en parroquias, institutos diocesanos, organismos eclesiales laicos, colegios católicos y de inspiración cristiana o cualquier iniciativa de evangelización. No hacerlo es dañar la comunión eclesial, advirtió,
“Las exigencias actuales que nos interpelan requieren un trabajo pastoral sinodal que genere un proceso encarnado, participativo, realizable, gradual, orgánico y educativo de la comunidad eclesial y que actúe para dar intencionalmente respuestas evangélicas a necesidades concretas de nuestra situación social, histórica, cultural y eclesial”.