Aguascalientes

NOS MERODEA LA VIOLENCIA

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Algunos templos en Aguascalientes -no todos- repicaron a las tres de la tarde las campanas en memoria de las víctimas de la violencia en México, de acuerdo con la convocatoria emitida por la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Ello se da al cumplirse un año del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier y Joaquín en la Sierra Tarahumara.

Por espacio de 5 minutos sonaron las campanas de la Catedral al tiempo que el obispo Juan Espinoza oraba con la feligresía para recuperar la paz y también por la conversión de quienes la transgreden.

“En nuestro estado de Aguascalientes, gracias a Dios el Señor nos ha protegido hasta hoy, pero ya el fin de semana pasado hubo clamores también de dolor, de violencia. Alrededor, en algunos municipios fuera de la ciudad de Aguascalientes ha empezado a haber manifestaciones también violentas y en la Diócesis de Aguascalientes, en la parte de Zacatecas, Jalisco, la violencia es fuerte. Las muertes también se han dado y hay mucha gente desaparecida que no se sabe dónde está, cómo está, qué está pensando, qué están viviendo”.

Además, pidió no dejarse llevar por el rencor, el coraje, la agresividad y la violencia.  Sentenció que no puede haber paz en México si no hay justicia.

“No puede haber paz si nuestras autoridades civiles no colaboran y no son corresponsables para que la violencia se extirpe de la sociedad, para que el tejido social se siga reconstruyendo, pero también todos nosotros, los que tenemos una fe, los que estudian en las universidades, los empresarios, los campesinos, la gente sencilla de los gremios, los sindicatos, todos tenemos una responsabilidad en la construcción del tejido social y en la construcción de la paz, no solamente en nuestro estado sino en la nación”.

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