Aguascalientes

NOCHE DE PESADILLA VIVIERON TURISTAS EN AGUASCALIENTES CON EL SECUESTRO VIRTUAL E INTENTO DE EXTORSIÓN

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Juan José y su familia decidieron vacacionar un fin de semana en Aguascalientes, estado que no conocían. Pero lo que les esperaba era una noche de terror al ser secuestrados virtualmente en el hotel donde se hospedaban -el Hacienda La Noria- y de ser abandonados a su suerte por la que se denomina Policía Cibernética, que controla el Gobierno del Estado.

El afectado decidió narrar lo que llama, el trago amargo en su visita por Aguascalientes y que ha marcado su vida para ya pensársela en volver a salir de su lugar de residencia, en el estado de Jalisco. Su experiencia es sólo para advertir a más personas del modus operandi de delincuentes que actúan con toda libertad.

Él planeó un fin de semana que sugería iba a ser placentero “tres días y dos noches adquirí el paquete mediante una aplicación de booking viajes”, explicó.  Todo transcurría con normalidad hasta que, una vez en su habitación y alrededor de las 10 de la noche del jueves 25 de agosto, recibió la llamada a se celular de quien dijo ser gerente del hotel.

Ese hombre le dijo que estaba en proceso un operativo porque acababan de secuestrar a un niño de un empresario importante de Aguascalientes.  Que la intervención policiaca consideraba hospederías aledañas e incluso había retenes en las salidas de la ciudad.

La persona que dijo ser del hotel le pasó a otro sujeto que se identificó como el comandante Armando. “Hasta ahí todo iba bien dije: ah, es un operativo policiaco, todo muy bien. Me dicen: te van a hacer una video llamada, vamos a colgar y de este mismo número te van a hacer la videollamada, contéstale.  A la hora que contesto la videollamada en la pantalla aparecen personajes con chalecos blindados con las siglas en los chalecos de CJNG, cártel Jalisco nueva generación, encapuchados y con gorra, con los apellidos nomás decían la gorra: López, Vargas, Rodríguez. Esos tres personajes en la pantalla, entonces el que empieza a hablar dice: yo soy el comandante a cargo de la operación que se va a llevar a cabo aquí en el hotel. Somos 32 elementos del grupo élite, ya te has de dar cuenta a qué grupo delictivo pertenecemos, te pedimos que apoyes y ahorita dime cuántos dispositivos tienes aquí en la habitación”.

José Juan, su esposa y una hija portaban tres equipos entre celulares y tablets. Fue entonces cuando le ordenaron que se replegaran y con uno mantuvieran con ellos la transmisión en vivo. Con otro se hicieran la comunicación y el tercero también estuviera en transmisión pero enfocado al teléfono con el que hablaban para cerciorarse que no les iban a desobedecer.

“Ir al baño teníamos que comentarle. Veían que uno, nuestros hijos se levantaban decían no, a ver prendan la tele, que estén los niños entretenidos, si les da sueño que se duerman”.

Como parte del panorama del miedo, les indicaron que habían cortado las líneas telefónicas del hotel, que estaba sitiado el lugar y era una operación encubierta. Cualquier movimiento en falso corría peligro su familia.

El mismo personaje de la videollamada les presumió estar con una empresa delictiva muy grande y en constante crecimiento pues ya tiene presencia en 22 estados del país e  involucra a policías de todos los órdenes, hasta de la Guardia Nacional.

“Me empezaron a preguntar a que me dedicaba, cuántas cuentas de banco tenía, tarjetas de crédito. A mi señora también le pasaba yo el teléfono…pásame a tu señora… corroboraban los datos que yo le estaba dando y también a ella le pedía más datos de ella”.

Juan José mencionó que fueron 8 personas las que estuvieron en esa transmisión, sin cortar la llamada, desde las 10 de la noche del jueves hasta las 8:30 de la mañana del viernes. “Hora tras hora estuvimos en vela. No nos dejaron que pestañara a mí. A mi señora sí le dieron momentos de que si tenía sueño se recostara, pero todo enfocada en la cámara. En ningún momento nos dejaron de vigilar por la cámara.  Decían que no nos asomáramos a la ventana ni a la puerta. Nos iban señalando como iba el operativo. Nos mencionaban personajes que vimos en el día hospedados en el hotel como de empresas. Hay un grupo  de Ferromex, andan 8 o 10 gentes que andan en este hotel. A esos personajes los vemos como sospechosos.  Hay uno que ya identificamos que es marino, está ahorita en descanso, pero está ahorita con otras dos personas a esos también los vamos a investigar. Vamos a comenzar a ingresar a las habitaciones que están solas, posteriormente a las que están ocupadas. Tenemos la bitácora, estamos con el administrador del hotel, tenemos los datos de todos ustedes y en base a eso vamos a corroborar”.

Hubo un momento en que escucharon ruidos fuertes, suponiendo se trataba del cateo de una habitación. Eso les dio más miedo. Entonces les advirtieron que si se movían los llevarían a un rancho.

“Te mencionaban nombres de los personajes, que uno por la tele incluso se da cuenta que son parte de esa célula como el doble “R”, el jardinero, el Mencho, por donde están operando y cuáles son sus movimientos, la quema de los camiones aquí en Jalisco, de cómo ellos amedrentan al gobierno para que suelten a su gente.  Mencionaban a los halcones, que son los que les avisan de todo el teje y maneje, quién entra y quien sale, todo a detalle”.

Transcurridas las horas que se volvieron eternas, les indicaron que comprobaran que eran personas de bien y sólo necesitaban checar que sus hijos no eran raptados. Que también revisarían el vehículo con un elemento del gobierno para detectar que no esté chueco o estén haciendo cosas indebidas con ese vehículo.

Luego les pidió una foto de frente, de lado y de espaldas. Sólo a él le pidió fuera en boxer y los demás miembros con la ropa.

“Ahí ya dije: no, esto ya no. ¿Cómo que no ibas a pedir dinero?, fue en lo que le hice mención. Esto ya vas a empezar a extorsionar a las referencias que te estoy pasando”.  Que le respondió: “no, no, no, es para que ellos vean que no los tocamos,  no tienen ningún rasguño, que están intactos y que van a llegar con bien a su casa”.

Se hizo lo que exigieron. Desde la video transmisión le ordenaron que saliera su esposa con las llaves del auto. Lo anterior le volvió a alertar porque pensó que la secuestrarían o golpearían. Ello lo exaltó y reclamó al extorsionador, que para entonces ya había pedido a familiares un rescate de 300 mil pesos.

Juan José decidió desafiar el escenario y salió de la habitación. Alrededor vio todo normal.  Una mujer haciendo el aseo en los cuartos, la gente caminando sin preocupación. Le habían dicho que el restaurante estaba cerrado por el operativo pero funcionaba sin problema. Optó por regresar al cuarto, sacar a su familia y resguardarlas precisamente en el restaurante donde había más gente y se percatarían de cualquier movimiento irregular.

Así, apagó los dispositivos móviles, habló con personal del hotel quienes les aseguraron que no hubo tal operativo de rescate.

En el mismo restaurante observaron a personajes de Ferromex en diferentes lugares maniobrando celulares. Sospechó entonces que ellos hicieron el montaje y la información personal la obtuvieron del hotel.

Temeroso, dice que activó uno de los celulares para comunicarse al teléfono de emergencias 911 donde sí le contestaron y le canalizaron a la Policía Cibernética de Aguascalientes. “Y ya la Policía Cibernética, el elemento 055 que estaba a cargo ahí, toma fe y nota de todo lo ocurrido, pidiéndole yo el apoyo de una unidad policiaca para que me resguardara a la salida del estado de Aguascalientes. Los esperamos hora y media y nunca llegó la unidad policiaca de apoyo. Yo opté por llevarme a mi familia a como diera lugar. Subí el equipaje a mi carro, me fijé que no me estuviera mirando nadie o tratando de seguir y agarré mi rumbo, tratando siempre de estar al tanto de que no me estuviera siguiendo nadie hasta encontrarme con mis familiares que también venían de mi lugar de origen hacia donde yo me encontraba. Nos encontramos en un punto medio y ya ahí ellos se hicieron cargo de manejar y de tranquilizarnos”.

No les depositaron el dinero advirtiendo de una extorsión y para Juan José ahora el vivir un día más y  que esté bien su familia es más que suficiente. No desea interponer demanda alguna contra quienes incurrieron en omisiones y negligencias. Sólo desea que su caso se conozca para que a nadie más le pase.

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