Aguascalientes

NADIE ES AJENO AL CRECIMIENTO DE LA VIOLENCIA Y A LA MUERTE LENTA DE LA DEMOCRACIA

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Es un error creer que el cambio que necesita nuestro país y en general la humanidad para ser mejor y más feliz depende de los grandes, los poderosos, los que detentan el poder político y económico.

El obispo Juan Espinoza considera necesario sembrar pequeñas semillas de una humanidad nueva. “Ante los vendedores de sensacionalismo surge la tentación de inhibirse pensando en que lo poco que podemos hacer no resuelve nada, no vale la pena y ante tantos problemas sociales que crecen en nuestro país como la violencia, la inseguridad, la pobreza extrema, la muerte lenta de la democracia y el descontrol económico, todo esto podemos sentir la tentación de decir que el cambio no nos toca a nosotros”.

En su homilía dominical, el obispo de Aguascalientes dirigió oraciones especiales a los padres de familia por su día y al mismo tiempo, por un buen temporal toda vez que, por fin, existen condiciones para que inicie el ciclo de lluvias.

“El mundo sufre por falta de padres, es una sociedad sin padre”, señaló a los varones presentes a quienes en su representación recomendó cuidar mucho a las familias, amar a las esposas y que no las cambien. Que les sean fieles y las amen como a sus hijos.

Por otro lado, dijo que nuestras tierras están resecas. El campo sufre y también nosotros. “Pero puede ser un signo también de la resequedad del corazón. El agua es símbolo de la vida y el agua es también es símbolo de la gracia de Dios; y también nuestro corazón necesita de esa presencia de la gracia de Dios y de esa agua que viene del cielo”.

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