Aguascalientes
LLEGAN A SER VÍCTIMAS DE ACOSO Y DISCRIMINACIÓN, PERO MUESTRAN ORGULLO POR EL TRABAJO DOMÉSTICO
Calificar a las empleadas domésticas como criadas, chachas, sirvientas o gatas, es caer en la discriminación por el uso de términos despectivos, afirmó Carmen Susana García, presidenta del Colegio de Profesionistas Sociales y Humanistas, A.C.
La mejor forma de llamarlas es por su nombre o como empleadas domésticas, a fin de no violentar su dignidad. “Es popular pero pienso que sí podemos cambiar para darles su lugar”, dijo.
La asociación que dirige en coordinación con la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y distintas dependencias del sector público y de organizaciones no gubernamentales, está tratando de conseguir un mejor trato a quienes realizan las labores de limpieza en el hogar.
Se proponen acciones alfabetizadoras y que se capaciten para el desarrollo de habilidades productivas y emprendedoras, para hacer valer sus derechos y en conseguir asesoría jurídica y psicológica, cuando así lo requieran.
En Aguascalientes, de acuerdo a las cifras del INEGI, se calcula hay 69 mil mujeres y 7 hombres que se dedican al trabajo doméstico. Su edad promedio oscila entre los 15 y los 60 años de edad, aunque muchos inician a los 8 años.
Por su labor deberían recibir tres salarios mínimos, pero difícilmente eso perciben. Además de la limpieza, algunos empleados domésticos tienen que cocinar, lavar ropa, planchar, cuidar enfermos, sacar a la mascota y hasta lavar el auto, todo por un mismo salario.
Carmen Susana García asegura que no se trata de hacer una revolución con los trabajadores domésticos, pero si caminar paso a paso por su dignidad.
María Mercedes Zavala Ortiz, quien por más de 30 años se ha dedicado a las labores domésticas, refiere que es una desventaja no contar con Seguro Social, Infonavit y otras prestaciones. Su esposo está enfermo y ella es la que lleva los gastos de la casa.
“El trabajo doméstico pues es algo, digo no es para avergonzarse uno, sino que también sufrimos de algunas cosas como acoso por parte de los empleadores. Siempre estamos siendo vigiladas. En ocasiones nos piden enseñar nuestras bolsas antes de salir y eso hasta cierto punto es humillante”
Pero el Presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, José Asunción Gutiérrez Padilla, considera difícil que la seguridad social sea una obligación del patrón para quienes trabajan en el hogar.
“Muchos de los patrones de esta actividad son a su vez empleados, porque la casa habitación generalmente no es una unidad de trabajo. Luego pues se haría complicado para muchos patrones utilizar este servicio. Hay un convenio internacional que formuló la Organización Internacional del Trabajo que pertenece a la Organización de las Naciones Unidas, es el convenio 189, que establece o que se refiere a la obligatoriedad de estos patrones de dar seguridad social a las trabajadoras y trabajadores domésticas. Pero malas noticias: el Estado mexicano no lo ha suscrito. Lo han suscrito otros países, incluso de inferior condición económica y social a la de México”, precisó.