Aguascalientes
LA CIUDAD SE HA VUELTO APESTOSA. IDENTIFICAN LAS CAUSAS
La contaminación que producen las ladrilleras y los vehículos, en particular el transporte público, así como algunas fábricas que aprovechan la noche para encender sus chimeneas, son causa de cambios en el clima, de exponer la salud de la población y volver las calles pestilentes.
Elsa Marcela Ramírez López, catedrática e investigadora del departamento de Ingeniería Bioquímica del Centro de Ciencias Básicas de la Universidad Autónoma de Aguascalientes se ha dedicado a estudiar las condiciones medioambientales del estado y advierte de los riesgos que se tienen si no se actúa con decisión para revertir los efectos de la contaminación.
“Observen e inhalen en las tardes y en las tardes-noche a que huele la ciudad. El olor de Aguascalientes ya no es el mismo. Hay días que huele así como a compuestos orgánicos… como a plástico quemado”.
Mencionó que entre los análisis que emprende, está el de un monitoreo manual, tanto en la zona oriente como en Jesús María. Sobre las condiciones del aire que se respira, ha recurrido a la colaboración de una universidad en Texas, Estados Unidos, para precisar los componentes y daños que hay en el ambiente.
“Es que salen los filtros que dices: ¡Dios mío, qué estamos respirando!. Te estoy hablando de partículas 2.5, o sea la que se te va hasta el fondo de los pulmones”.
A causa de la urbanización y la contaminación, en los últimos 20 años la temperatura en Aguascalientes ha aumentado 0.5 grados centígrados, y su tendencia seguirá en aumento salvo que hubiera eventos físicos extraordinarios.
“De los escenarios que hicimos al 2035, más o menos en el municipio de Aguascalientes se puede incrementar… podríamos tener una anomalía de hasta 1.1 grados Celsius”, explicó.
Ahora la temperatura llega a promediar hasta los 22 grados, cuando hace algunas décadas era de 18.
Otra complicación serán las lluvias que, aunque sea complicado predecir, sí se puede estimar que en el transcurso de 25 años, las zonas del oriente del estado estarán perdiendo hasta 120 milímetros de precipitaciones. En otros puntos como Cosío y la Sierra Fría la pérdida se calcula en 70 milímetros, lo que repercutirá en las recargas y la calidad de los suelos.
Elsa Marcela Ramírez dijo tener un “sueño guajiro”: que el gobierno tome conciencia y recupere e incremente las áreas verdes. Que se reforesten debidamente camellones y parques públicos para volver a las condiciones de un clima fresco en Aguascalientes.