Aguascalientes

HACEN DEL PICACHO SU ÚLTIMA MORADA

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La Iglesia Católica no está de acuerdo que las cenizas de los difuntos no reposen en nichos de los templos.  Y según el Director de Regulación Sanitaria de la Secretaría de Salud, esparcir las cenizas de los seres queridos en jardines, mares o cualquier punto al aire libre, no representa ningún problema.

“Como tal no representan un riesgo. El cuerpo se eleva a una temperatura cercana a los 800 grados convirtiéndose en mineral”, añadió.

Incluso las cenizas de una persona se pueden volver abono a tierras.

Aclaró que no se necesita permiso alguno para diseminar los restos incinerados de las personas, y por lo pronto se ha detectado que muchos cumplen la última voluntad de su ser querido, arrojándolas en el cerro del Picacho como en otros puntos, o hay quienes decidieron por alguna playa.

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