Aguascalientes

EN LA ATENCIÓN A ENFERMEDADES NO PUEDE HABER EXCLUÍDOS

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El obispo Juan Espinoza presidió la celebración eucarística en honor a las enfermeras y enfermeros en el Hospital General de Rincón de Romos, espacio que consideró un santuario del dolor y la salud.

Señaló que la atención profesional y humana debe estar siempre a favor de cualquier ser humano que sufre, independientemente de su creencia, posición social y económica.  “No puede haber exclusión de nadie. Aquí el que se presenta con una situación de tristeza, de dolor, de sufrimiento, debe ser atendido y con calidad, de la mejor manera”.

En su homilía centró su reflexión en el amor humano que debiera prevalecer, que es el del entendimiento, la comprensión y la correspondencia respetuosa.

Dijo que a veces el amor tiene mucho egoísmo y personalismo. Llega a reclamar constantes reconocimientos, prevalencia de criterios o pasar una verdad sobre otra.

A veces el amor está muy condicionado por resquemores, heridas y resentimientos que parece que se hubieran olvidado, pero simplemente se han olvidado, dijo.

Amor es dar vida a un hijo, al cónyuge, a un humano, a un cercano y salud a un enfermo. Y destacó que amar es entrega y vida. Es donar vida, nunca retener la vida. “Reclamar, posesionarnos de la vida de otros, mucho menos enajenar, destruir o impedir la vida de otros”, añadió.

A quien se dedica a la enfermería pidió ver siempre en cada enfermo a un hermano o hermana que les necesita. “Ustedes pueden ser excelentes profesionistas, excelentes enfermeras y tienen dos opciones: curar con amor o curar por intereses económicos o por escalar puestos. Ojalá que su opción siempre sea de amor, amor verdadero, amor al que sufre y no por otros intereses”, puntualizó.

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