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EL COSTO DE LA ELECCIÓN; LA EDUCACIÓN

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Por si en este país faltaran motivos para la desesperanza, resulta que el propio Secretario de Educación dio a conocer que las evaluaciones que se aplicarían a los maestros, para poder ingresar y permanecer en el sistema educativo, durante los meses de junio y julio, han sido suspendidas por tiempo indefinido. Desde luego, el motivo de semejante regresión es la negociación entre las aguerridas secciones del magisterio nacional asentadas en Oaxaca, Guerrero y Michoacán y la propia autoridad federal, con el fin de permitir o tolerar la jornada electoral del 7 de junio sin mayores desmanes, tal como ha ocurrido.
Desde luego, la gravedad de la decisión federal es enorme, precisamente porque uno de los aspectos de mayor relevancia social de la Reforma Educativa negociada y promulgada en el inicio del actual gobierno es ahora reducida a nada, a letra muerta y a autoridades doblegadas por quienes en verdad y en los hechos detentan el poder de la estabilidad de este país.
Volver sobre las tantas veces referida reflexión en torno de la imposibilidad de proyecto y de futuro de un país que no educa o educa mal a sus niños, es sobreabundar en lo mismo, lo lamentable es, sin embargo, que esa situación sea la real para nosotros, ¿qué podemos esperar de los millones de niños que hoy son alumnos de esos maestros disidentes, ausentes y no evaluados?
La supresión de la programada evaluación como insumo indispensable para la capacitación del magisterio nacional, sólo puede sugerir el estancamiento o el incremento —también por tiempo indefinido— de los vicios, las carencias y los graves problemas nacionales de pobreza, violencia e insalubridad. No es necesario recurrir a la opinión de expertos para advertir con toda claridad que los niños mal y deficientemente educados de hoy, arrastrarán a su vida adulta el lastre de graves carencias que los condenarán a una vida mediocre e infeliz, en este caso es aplicable aquella sentencia que afirma infancia es destino.
Una de tantas paradojas que encierra esta infame decisión de presión y chantaje de canjear elecciones por evaluaciones consiste en que son los adultos de hoy politizados y corrompidos los que han fraguado este plan de choque, sin embargo, en unos años más, los niños mal educados de hoy serán los adultos al frente de los gobiernos, de las grandes decisiones nacionales y del desarrollo económico del país, y entonces, los adultos de ahora serán ancianos dependientes de esos niños mal educados que hoy no se formaron, es decir, al cancelar el futuro de la educación de calidad de la niñez actual, también se está gestando un futuro desolador para los adultos mayores y ancianos del mañana.
El enorme sacrificio que supone para el presente y futuro de México suspender por tiempo indefinido las evaluaciones magisteriales, desde luego no es proporcional a la realización de ninguna jornada electoral. En el fondo de la cuestión no se ve o no se quiere ver que sin educación de calidad, la democracia misma no es más que una palabra hueca, deslavada y sin sentido, de manera que a lo largo de las semanas de campaña la mayoría de los candidatos en realidad se mostraron como pillos oportunistas, bufones de ocasión postulados por partidos sin identidad, pero en contienda para ejercer y repartirse cargos ejecutivos y legislativos, sin vocación, sin propuestas, pero eso sí, con hambre de poder y de dinero.
Si la calidad de la educación en México continúa su lamentable tendencia no a la baja, sino al derrumbe, es lógico suponer que incluso las jornadas electorales que son el momento de la prueba de la democracia, en breve también serán reprobadas y suspendidas por tiempo indefinido, si las evaluaciones de los maestros que estaban programadas para junio y julio pueden suspenderse fácilmente, es evidente que la educación de los niños de México no es prioridad, como al parecer sí lo es la política electoral.

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