EL CLIMA PARA EL SEXO

Andar “como burro en primavera” no es un refrán surgido de la casualidad.  Tiene su origen en un comportamiento que no es exclusivo de los animales sino también de los humanos y el principal culpable es el clima caluroso.

Datos oficiales del Registro Civil refieren que el mayor número de nacimientos en Aguascalientes sucede en el mes de enero; es decir, hijos fecundados entre abril y mayo distinguidos por sus elevadas temperaturas, además de la Feria de San Marcos.

Guillermo Ramos Kuri, investigador de Pedagogía y Psicología en la Universidad Panamericana, no descarta que el medio ambiente esté íntimamente relacionado con un mayor deseo sexual de las personas.

“Yo soy de la idea que la primavera sí pega, así como pega en los animales que es la época de reproducción… y las mariposas y las abejitas, de flor en flor y no sé qué tanto;  bueno pues en las personas no se andará de flor en flor pero sí altera los estados de ánimo y sí altera el estado hormonal del individuo y por lo tanto el impulso”.

Es en la primavera y el verano cuando más atención y orientación se debe prestar a la relación que procuran los adolescentes y jóvenes, consideró.

“Ciertamente los adolescentes son mucho más inquietos en época de calor… se ve luego,  luego. Se buscan más entre ellos.  Resulta que ahora me gustas y antes no me gustabas. Ahora me caes bien y antes no me caías bien y esto coincide, que es muy interesante, exactamente con las épocas  de calor y donde la naturaleza va hacia la reproducción”.

La responsabilidad en una correcta orientación debe partir desde el hogar, sin embargo dijo que en las escuelas los docentes deben ser muy receptivos y adecuar sus clases según la época del frío y del calor.

El semestre que inicia en invierno es común tener alumnos muy reservados pero cuando concluye el ciclo que es en verano, su comportamiento es muy inquieto.

Por ello dijo que es recomendable definir actividades académicas diferentes para cuando inicia el semestre y cuando termina.