Aguascalientes

CUANDO AL POLÍTICO LE IMPORTA MÁS EL TÍTULO QUE LOS RESULTADOS

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Aunque la práctica hace al maestro, es el título profesional un sustento que legitima alguna labor y cargo, y en la política representa la marca del respeto y hasta de la sana distancia con el ciudadano.

Es por eso que para algunos es indispensable contar con ese papel que permite sustituir el nombre del bautizo por el honor de ser mencionado como licenciado, ingeniero, doctor, maestro, arquitecto o cualquier otro, valiéndose para ello de las alternativas oficiales establecidas para tener el título legal y en el peor de los casos con trampa.

El primer antecedente que se ventiló ante la opinión pública en México sobre un título profesional apócrifo fue en 1994 con el entonces Secretario de Educación Pública, Fausto Alzati quien también históricamente ha sido el único sacrificado por incurrir en ese tipo de prácticas.

El caso de la controversia reciente le tocó al Presidente Enrique Peña Nieto donde el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública señaló inicialmente no existir su historial académico, afirmación que desmintió su propia oficina al asegurar que es graduado en la Universidad Panamericana con licenciatura en derecho, aunque luego se demostró que cometió plagio de su tesis, sin consecuencia alguna.

En Aguascalientes la primera polémica conocida por la falta de un título profesional fue con el arquitecto empírico Refugio Reyes.

Décadas después le seguiría el caso del entonces gobernador del PAN Felipe González González, quien decidió cursar la preparatoria abierta durante su gestión.

Luego vinieron los nombres de personajes que ostentaban una profesión sin demostrar tener un título. Norma Esparza Herrera, actual dirigente del PRI dice ser maestra, trabajadora social y hasta abogada pero no existen papeles oficiales que lo avalen.  El ex Presidente del PRI y ex diputado local Roberto Padilla Márquez, decía ser licenciado pero tampoco existe registro de sus estudios.

Juan Manuel Gómez Morales, ex diputado local y ex dirigente priista firmó documentación oficial como licenciado sin tener título ni cédula ante la SEP.

En un lío se metió Antonio Javier Aguilera García, mal logrado Jefe de Gabinete en el gobierno de Carlos Lozano de la Torre, al decirse licenciado sin encontrar su título, aunque luego con algunas “maniobras” institucionales logró aparecer su profesión.

De los 27 diputados de la actual legislatura, y conforme a la revisión de las cédulas profesionales registradas ante la SEP, se tiene que hay 6 diputados sin título, destacando el caso de la priista Elsa Amabel Landín Olivares, quien además se presenta como doctora sin especificar en qué disciplina.

Los otros que no tienen título profesional son Silvia Alanís del Partido Verde, aunque se dice que estudia licenciatura en derecho en la Universidad Interamericana. También están Salvador Pérez Sánchez, Raymundo Durán y Karla Ivette Eudave, todos ellos del PAN y Alejandro Mendoza de MORENA.

Por lo que se refiere a los 11 alcaldes de Aguascalientes, la SEP confirmó tener inscrita la cédula de Adán Valdivia, de Calvillo, por acuerdos secretariales.  Reporta también que no tendrían el título profesional los ediles de El Llano, Ramiro Salas; de Tepezalá, Omar Israel Camarillo y de San José de Gracia, Cristina López González.

 

 

 

 

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