Aguascalientes
BUSCAN QUE NO LOS DAÑEN LOS CHISMES, EL MAL VECINO, EL TRAIDOR Y EL EGOÍSTA
El Santuario de Guadalupe se vio muy concurrido por los fieles que participaron del acto del exorcismo y bendición de medallas de San Benito Abad, considerado intercesor para la protección de las acechanzas del enemigo.
“El mal no puede ver el bien, y muchas veces, también ¿por qué no? El mal lo que quiere es destruir el bien. Por ejemplo, hay familias muy bonitas y el mal ¿en qué se trasmite o en qué se nota? En la envidia”, refirió Carlos Alberto García Zavala (el padre “Gandhi”).
Convocó a no sugestionarse sobre creencias de brujería, los hechizos y maleficios. Por el contrario, pidió orar por quien busca hacer el mal. “¿Saben cuál es el alimento del mal? El miedo, la zozobra y no hay que alimentar el mal”.
La medalla de San Benito siempre debe portarse, pero en quien la usa, dijo, “debe desaparecer del corazón toda envidia hacia los demás”.
No se trata de magia o cuestiones esotéricas, en ello no hay que incurrir, aclaró. “La Iglesia tiene a los santos como caminos de santidad, y entonces también nosotros tenemos que obrar… lo que hizo de San Benito, despojarnos de todo, de las cosas de este mundo, de tantos apegos, para ponerlo todo en manos de Dios”.
Tampoco la intercesión que se solicite debe ser para pedir prosperidad. Es una intención mala, porque se busca a Dios por conveniencia, por interés material, refirió.
La oración y la solicitud que se hace a través de la medalla de San Benito Abad es que se aleje al violento, al mentiroso, al envidioso, al mal vecino, al traidor, al egoísta. Proteger del odio, la ira, los celos, del rencor, de las malas lenguas, de los enredos y de la difamación. Que nadie ataque ni física ni mentalmente, y extender esa protección en el trabajo, en la familia y en general el hogar.