A LOS TALLERES DEL FERROCARRIL LOS REHABILITARON PERO TAMBIÉN LOS SAQUEARON

Alejandro Tiscareño pertenece a una familia de orgullosa vocación ferrocarrilera. Su padre y su abuelo trabajaron en los talleres de Aguascalientes y aportaron su esfuerzo al progreso de esta tierra y de México.

Sin embargo, nunca esperaron que pasar a manos de particulares el ferrocarril, perdieran su empleo y todos sus derechos.  Tampoco dan crédito de que los talleres locales hayan sido saqueados.

“Mis antecesores le apostaron a una empresa que era tan próspera que decidieron robársela”, señaló.

Recuerda que, siendo niño llevaba el lonche a su padre hasta la nave dónde laboraba en los talleres. Desde entonces se daba cuenta de la riqueza en materiales de metal que ahí se manejaban y de la valiosa maquinaria con que se contaba.

Reprocha que las autoridades no den cuentas claras sobre lo que hicieron a todos esos metales que había. “Soy testigo de que saquearon al ferrocarril. Incluso hace dos años, cuando estuvieron limpiando supuestamente un espacio de la Universidad de las Artes, vimos cómo sacaban toneladas y toneladas de fierro. No se reportó por ningún lado. ¿Por qué? porque no había inventarios, no había nada, simplemente lo sacaron, lo vendieron y para el bolsillo de algún particular”.

Hizo mención de una cortadora de papel grande y muy antigua que se encontraba por uno de los talleres y que luego la vio en una chatarrera de la colonia Estrella.

También se pregunta ¿dónde quedó mucha maquinaria que era verdadera reliquia? ¿Dónde está el silbato original que provino de Europa?

Alejandro Tiscareño aclaró además que en la calle 28 de Agosto, donde hay algunos edificios emblemáticos de la época, ninguna autoridad ha intervenido para su rescate. Han sido los mismos particulares quienes han actuado.

Pide además no mentir sobre las obras que han implicado la recuperación de la zona, y menos cuando se carece de autoridad moral ante el indignante saqueo de materiales.