Aguascalientes

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Esta colaboración toma prestado el nombre de la obra, quizás más famosa, del padre de la economía moderna Adam Smith Douglas, hijo de Adam Smith Sr. y Margaret Douglas, nació el 5 de junio de 1723 en Kirkcaldy y falleció el 6 de julio de 1790 en Edimburgo, Escocia. Smith fue un brillante profesor universitario interesado siempre por el delicado equilibrio entre la política y la economía; entre sus obras más famosas destacan; Teoría sobre los sentimientos morales, La riqueza de las naciones y Ensayos sobre temas filosóficos.

La parte medular de su aportación al estudio de la economía como ciencia inseparable de la política, está plasmada en La riqueza de las naciones. En esta obra Smith afirma que el interés y el negocio son los motores de las relaciones económicas. Así, el interés surge del deseo siempre insatisfecho de alguna necesidad, en estricto sentido toda sociedad, y de manera particular todo individuo, tiene propensión a satisfacer alguna necesidad, de manera que del reconocimiento de esta carencia surge otro u otros individuos que se proponen producir los bienes y servicios para mitigar, es decir, para satisfacer dicha carestía, cerrando de ese modo el círculo económico entre consumidores y productores, inmersos en una dinámica que estudia y reglamenta la ciencia económica, generadora de la riqueza de las naciones.

Smith sostiene que el intercambio de objetos útiles es una constante exclusiva de las actividades humanas, él afirma que nunca ha visto a unos perros intercambiar huesos, y de hecho el intercambio de objetos útiles está mediatizado por la moneda como representación del valor implícito entre el objeto que se ofrece y el sujeto que lo consume.

En otra parte de su obra se refiere a la necesidad de la negociación para determinar el precio que se le atribuye a los bienes y servicios, precisamente porque el coste es una ficción que se produce con ocasión del juego entre los oferentes y los consumidores que hacen surgir las leyes de la oferta y la demanda; aquellos delicados equilibrios comerciales que señalan que la sobreabundancia de oferta impacta de manera negativa el precio, haciendo que se reduzca, y en sentido contrario, la escasez de ciertos bienes o servicios, produce un efecto positivo en el precio, logrando que aumente.

Dentro de las muchas aportaciones de su agudo pensamiento se encuentra el concepto de mercado libre. Él sostenía que el equilibrio de los factores económicos que determinan el precio de los bienes, debería dejarse al libre juego de la oferta y la demanda, que en definitiva determinan el ritmo de la producción y del consumo de mercancías. Al reconocimiento de esta relación y tensión él la llamaba “la mano invisible del mercado”.

En opinión de Adam Smith, la economía de las naciones, y consecuentemente la de las personas, debe regirse por el criterio de diversificación. Ni la producción ni el consumo deben ser de un solo producto, así, la salud financiera está asociada a la posibilidad de ofrecer diversos bienes y servicios, de diferentes calidades y prestaciones, de manera que el consumidor tenga posibilidades de elegir en función de su presupuesto y necesidades.

Estas reflexiones elementales sobre teoría económica deben llamar nuestra atención sobre las delicadas condiciones por las que atraviesa la economía mundial, y desde luego la mexicana, donde el precio del barril de petróleo se encuentra asociado a su cotización en dólares. Si a lo largo de décadas México ha centrado su oferta en ese bien, es claro que ahora que el mercado está saturado, no sólo ha bajado drásticamente el precio del petróleo, también nuestra moneda se debilita al apreciarse el dólar. La riqueza de las naciones está en la diversificación de la oferta, ya es tiempo de tomar conciencia generando empleos que incidan en el desarrollo industrial. Las naciones ricas, lo son precisamente porque su industria es variada, diversificada y tecnológicamente actualizada.

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