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En la vida personal, el periodo donde se suelen experimentar las vivencias que marcarán el resto del trayecto y donde también se toman las decisiones de mayor trascendencia personal es la juventud.
De acuerdo con expectativas labores del Banco Mundial, se calcula que la generación de jóvenes nacidos a mediados de la década de los años ochenta, en quince años más ocuparán el 75% de los puestos de trabajo a nivel mundial; desde luego se han realizado estudios referentes a las expectativas laborales y preferencias de consumo de este segmento de población.
Los jóvenes del milenio vivieron la transición del comercio regional al global y por supuesto interactúan con las nuevas tecnologías digitales con asombrosa naturalidad y eficacia. Se trata de jóvenes mejor preparados que la generación anterior, dispuestos a la aventura de asumir retos laborales, sin el apego o la limitación del país o del idioma, ellos quieren viajar y disponer de tiempo para satisfacer intereses y proyectos personales.
Los estudiosos de la psicología laboral describen el riesgo de estos jóvenes como el propio de personas inestables, egoístas e impredecibles, orientados a resultados y poco afectos a respetar las reglas y los procedimientos establecidos, y es que responden a las graves crisis que ha vivido la economía mundial, así, más que obligarse con la empresa en la que trabajan, su compromiso es con su desarrollo personal y su proyecto de vida.
Los jóvenes del milenio prefieren ambientes de trabajo dinámico y flexible, donde las estructuras de autoridad transiten de la verticalidad a la horizontalidad y las responsabilidades y funciones sean asumidas en grupos de trabajo con tareas específicas. Desde luego estas expectativas impactarán la forma tradicional de las organizaciones corporativas, ya no será necesario asistir a las jornadas diarias de trabajo con rigor de horario, con frecuencia en lugares lejanos del domicilio. El uso del internet puede ser un medio de ahorro de energía y de reducción de costos al migrar el modelo de oficinas privadas a las salas de juntas, y otro tanto ocurrirá con el uso de ropa excesivamente formal para acudir al trabajo, la generación del milenio también está imponiendo una moda fresca, relajada y cómoda.
Los jóvenes latinoamericanos que se encuentran en este segmento de edad deben tomar conciencia y precauciones respecto de los cambios sociales y jurídicos que operan en su perjuicio e impactarán su economía personal al momento de su retiro. En décadas anteriores los gobiernos de los países contaban con mecanismos de protección y pensiones para los trabajadores, hoy esas condiciones han cambiado, también es importante considerar el desempleo, así por ejemplo, en Europa, la contratación de seguros de desempleo es de aproximadamente el 80%, mientras que en Latinoamérica es cercana al 35% de la población trabajadora.
De hecho, los jóvenes del milenio son la primera generación nativa digital, esto supone una capacidad de apertura, vinculación, conectividad y cambio que desde luego implica comprender que las dinámicas de negocios, generación de riquezas y trasformaciones sociales, deben empezar a entenderse bajo categorías de innovación, precisamente porque la estabilidad y el apego a las fórmulas y prácticas tradicionales es disruptiva respecto a esta generación de jóvenes que han crecido inmersos en la inestabilidad financiera y abiertos a los grandes cambios tecnológicos.
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