No se han podido desterrar los actos discriminatorios ni los conflictos que se generan en regiones y comunidades por cuestiones  de religión, género o grupo social

Por Guillermo Pimentel Balderas
Mensaje Político.-El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, lamentó que aunque nuestro país es una nación que ha alcanzado mayor respeto por la pluralidad, los mexicanos no hemos aprendido a convivir cabalmente con el valor democrático de la tolerancia.
Por ello, aseguró que la memoria del Holocausto debe servirnos para reiterar que somos una nación compleja que no ha podido desterrar del todo los actos discriminatorios ni los conflictos que se generan en regiones y comunidades por cuestiones de religión, género o grupo social.
Al encabezar la conmemoración del Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto (Resolución 60/7 ONU), organizada por la CNDH y el Comité Central de la Comunidad Judía de México A.C., Plascencia Villanueva exigió evitar llegar a la globalización de la indiferencia ante estas tragedias.
No hay nada más terrible que guardar silencio ante la arbitrariedad; es un silencio que nos hace cómplices, dijo.
Ante representantes de diferentes sectores de la sociedad, reunidos en el auditorio “Jaime Torres Bodet” del Museo Memoria y Tolerancia, indicó que debemos asumir con plena convicción que el respeto a las diferencias es la piedra angular de la democracia.
Quien busca desaparecer las discrepancias o resolver sus conflictos mediante actos arbitrarios, atenta contra la libertad y la igualdad; sólo por el camino del diálogo, la convivencia pacífica y la tolerancia, es viable la construcción de reglas para que en el marco de la igualdad, se resuelvan los conflictos de la sociedad.
Señaló que el Holocausto es la síntesis de la profunda incomprensión y crueldad humana que produce el fanatismo y la irracionalidad; es un hecho trágico de la humanidad; error histórico que marcó un parteaguas en el pensamiento político, cultural, social y moral en el mundo;
El Ombudsman nacional mencionó que la funesta experiencia hizo reflexionar y sensibilizó a países con diversas visiones política que decidieron adoptar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que es el legado de la tragedia.
Recomendó no dejar que las discrepancias rebasen a las muchas tareas sociales pendientes y que obstaculicen la solución de problemas ancestrales.
Como lo hicieron los promotores de la Declaración Universal, dijo, aceptemos sin maniqueísmos, que es con la unidad la mejor manera para afrontar los peligros contra la dignidad humana y generar los consensos sociales para enfrentar los problemas urgentes y de largo plazo.