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Editoriales

Juventud vulnerable y violenta

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Durante las últimas semanas han sido frecuentes las ocasiones en que hemos visto a cientos o posiblemente miles de jóvenes, con o sin el rostro cubierto, marchar y realizar actos violentos en diversas ciudades y vialidades, destruyendo a su paso inmuebles y mobiliario urbano; acciones que son de protesta, entre otras causas, por la desaparición y posible muerte de los estudiantes de Ayotzinapa y la agresión de las autoridades en contra de ellos.
En este país, como en otros de Asia y de África, ser joven supone transitar por la vida durante una etapa de grave vulnerabilidad, donde en los hechos no tiene aplicación concreta el así llamado pacto social, como garantía de condiciones mínimas para el buen desarrollo y proyección de los derechos humanos de aquellos que se encuentran entre los 15 y los 25 años, etapa de absoluta formación, en proceso de definición de su proyecto vital.
Quizás para los jóvenes, la violencia y energía manifiesta en sus protestas es proporcional a la frustración que experimentan al enfrentarse con una realidad y una institucionalidad tan compleja y excluyente para ellos, porque en gran medida son herederos de la crisis familiar, económica, cultural y moral sobre la que transita el siglo XXI; desde hace décadas nuestro país ha abandonado a sus jóvenes, en los hechos no existen instituciones, ni dinámicas de cooperación que los aglutinen y orienten respecto de realizar tareas y actividades que además de atractivas los formen para la vida sana y la capacitación para el trabajo productivo que les permita desarrollar su proyecto personal de vida.
Teniendo como marco nacional el abandono y la orfandad institucional, los jóvenes son fácilmente reclutados y agregados a las filas de la delincuencia organizada y el narcotráfico; el atractivo del dinero fácil y la experiencia personal y vital de saber que con frecuencia la vida es un tránsito efímero y siempre riesgoso que puede ser asumido desde la crueldad y el cinismo como narraciones de lo cotidiano, cuando se ha optado por la delincuencia y el consumo de drogas, sin ningún referente o duda moral respecto de la responsabilidad y trascendencia de sus actos, vacunados respecto de cualquier referencia ética.
El momento político que vive México es en extremo delicado; los lamentabilísimos hechos del pasado 26 de septiembre en Ayotzinapa, Guerrero han sido de tal gravedad que los grupos más violentos y radicales en diversas regiones del país, han aprovechado el desorden y la quiebra moral institucional para promover toda clase de desmanes, atrocidades y atracos, en las imágenes que muestran los medios de comunicación y las redes sociales, es sobresaliente la presencia y participación de jóvenes que con la agilidad, fuerza y destreza de su juventud dan rienda suelta a su coraje destruyendo, maltratando y disponiendo de bienes y patrimonios que encuentran a su paso.
Desde luego, la investigación y sanción de los culpables y responsables de los hechos de Ayotzinapa es una parte de las tareas pendientes y urgentes que las autoridades deben acometer con pulcritud y eficacia para evitar que el ambiente de indignación creciente les alcance y haga estallar una revuelta masiva que libere la tensión, la rabia y el hartazgo por tanto tiempo contenido, al que se pueden y de hecho se están sumando otros segmentos de la población también desatendidos y frecuentemente afectados.
Para las autoridades no debería ser difícil comprender que los jóvenes, a quienes hemos visto protagonizar desmanes y en otras ocasiones como criminales liados a bandas de delincuencia organizada y narcotráfico, más allá de la trascendencia y tragedia de sus acciones y responsabilidades, en realidad suponen un grave fracaso para el Estado que no ha sabido o no ha podido ofrecerles alternativas y horizontes de realización.
En su mayoría, la sociedad se encuentra en medio de este caos nacional; de un lado desde luego no apoya la violencia, el exceso y el abuso con que los jóvenes han salido a protestar y manifestarse, pero tampoco apoya la inacción o acción torpe, la corrupción e impunidad que muestra la autoridad de manera reiterada en todos los poderes y niveles de gobierno.
El futuro de México que hoy se nos antoja incierto y desesperanzado, exige mirar a los jóvenes como la promesa generacional que son; urge atenderlos, acogerlos, orientarlos y abrirles horizontes ambiciosos de vida sana, trabajo digno, productivo y bien remunerado. La sociedad exige de sus autoridades acciones de gobierno transparentes, bien pensadas y organizadas, con resultados tangibles, el ejercicio del poder, es deber de resultados eficaces y rendición de cuentas, basta ya de tanta impunidad, anuncios y discursos de vanagloria.
Sígueme en twitter  @mcplataspacheco

Aguascalientes

LA GRANDEZA DE MÉXICO: SU GENTE Y LOS 32 ESTADOS

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Por Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México

Cuando llegué a México el 11 de septiembre de 2021, lo hice bajo la encomienda del presidente Joe Biden de conocer México a fondo y de trabajar en una etapa transformadora de la relación entre México y los Estados Unidos.

Hoy que regreso de Nayarit, concluyo mis visitas de trabajo a los 32 estados de la República. Mis reuniones en cada estado me han mostrado la grandeza de México, de su gente, cultura y paisajes. También he visto el carácter y el trabajo bueno del pueblo mexicano, así como el respeto a los Estados Unidos.

En cada estado, me he reunido con gobernadores, alcaldes, funcionarios federales, el sector privado y la sociedad civil para trabajar en beneficio de nuestras naciones. En el aniversario de mi primer año, tengo más optimismo que nunca de que nuestras naciones tendrán un futuro compartido brillante, próspero y sustentable.

El lazo inquebrantable entre nuestros pueblos se ve en todos los rincones de nuestros países. Estados Unidos tiene una población que supera los 331 millones de personas, de las cuales, más de 40 millones pueden rastrear sus raíces hasta México. Muchas familias mexicanas tienen algún familiar viviendo en Estados Unidos y por varias generaciones algunas tienen lazos en ambos lados de la frontera.

Como lo han remarcado los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador, compartimos la unión económica más importante en el mundo. La cual puede verse en la agricultura, la manufactura, el turismo y en los intercambios culturales y educativos, mientras el T-MEC nos brinda un marco comercial duradero.

Al visitar cada estado he visto la vitalidad comercial de América del Norte, que integra a nuestras cadenas de suministro que posicionan a nuestra región como la potencia económica mundial.

Por ejemplo, la relación entre el autotransporte y la electromovilidad nos ha permitido aprovechar la oportunidad para transitar a la industria del futuro.

Y nuestra frontera juega un rol crucial en nuestra competitividad e integración. Por eso, por primera vez en nuestra historia, nuestros gobiernos trabajan alineados para construir una frontera moderna, segura y eficiente.

Para hacerlo, Estados Unidos invierte 3.4 mil millones de dólares en proyectos de infraestructura en nuestras fronteras. Impulsamos proyectos fronterizos binacionales, como el de “los Dos Laredos”, para unir a nuestras naciones, mejorar la seguridad y cuidar el medio ambiente.

Dentro de esta perspectiva para proteger juntos el futuro del planeta, nuestros países también pueden ser una potencia económica en energías limpias y en el combate al cambio climático.

Para alcanzar la visión de la unión económica del mundo que beneficia a todo el pueblo, se requiere seguir el trabajo compartido para la seguridad de las dos naciones. El Marco Bicentenario nos ha dado las bases para iniciar una nueva era de cooperación en seguridad con una responsabilidad compartida.

Respetando la soberanía de México, trabajamos con los gobiernos federal y estatales, y la sociedad civil para ponerle un alto a las peligrosas organizaciones criminales que llevan corrupción y criminalidad a nuestros países. Falta mucho por hacer, incluyendo invertir mayores recursos para fortalecer la procuración y el sistema de justicia en todos los niveles.

El Gobierno de los Estados Unidos está comprometido a frenar el tráfico ilegal de armas para que no lleguen a nuestras comunidades en los dos países. Cada año las autoridades estadounidenses decomisan más de 600 mil armas. El Congreso de los Estados Unidos acaba de aprobar en junio la Ley para Detener el Tráfico Ilegal de Armas de Fuego.

Para detener a las organizaciones criminales que ponen en riesgo a nuestras sociedades, incrementamos los esfuerzos de coordinación con México contra el fentanilo, el tráfico de armas y el contrabando de personas. Cooperamos en materia de extradiciones para que los delincuentes enfrenten a la justicia en los dos países.

Nadie debería de vivir el camino doloroso de quienes lucran con la dignidad de los más vulnerables. Trabajamos con México como nunca para interrumpir las redes multimillonarias de los traficantes de personas.

Estamos unidos para enfrentar el reto compartido de la migración irregular al crear un sistema migratorio ordenado, seguro y humano. Es crucial que las personas tengan oportunidades en sus lugares de origen para que cumplan su derecho a permanecer en sus hogares y con quienes aman.

El 12 de diciembre nuestros países celebrarán el bicentenario entre los Estados Unidos y México. Mientras lo hacemos, reconocemos a los 32 estados y a la gente en cada uno de ellos. En todos los estados, me han mostrado la grandeza de México, de su gente, cultura y paisajes.

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Aguascalientes

LAS REMESAS DEL FUTURO

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Según el Índice de Adopción Global de Criptomonedas de Chainalysis, Latinoamérica es uno de los países que más ha crecido en el uso de criptomonedas, y tan sólo en México la adopción de este tipo de divisa crece diariamente.

¿Por qué?

En 2021, el Bitcoin pasó de valer 250,000 pesos a superar la marca del Millón de pesos; el punto más alto en la historia para una divisa digital que nació en 2009 como un experimento del que pocos conocían. Imaginémosla en función de una billetera virtual y no como una cuenta bancaria que te pide tu nombre y tus datos. La criptomoneda registra el “historial” de los movimientos o transacciones de sus usuarios, a través de la tecnología conocida como blockchain (plataforma de pagos sin intermediarios que se monitorea a sí misma y que se vuelve más valiosa a medida que más miembros se unen a su red).

Para las ansiosas y próximas revoluciones digitales, así como una ciudadanía dentro de países en desarrollo, excluida financieramente, invertir en las criptomonedas se ha convertido en una alternativa posible, porque no exige tantos requisitos como la banca tradicional. Cualquier persona en el mundo que tenga una cuenta dentro de la red y pueda conectarse a internet puede acceder a Bitcoin, depositar dinero, recibir y transferir fondos. De ahí parte el concepto de open money, para que cualquier persona pueda acceder al sistema financiero.

La licenciada Giselle Arellano admite que a los economistas tradicionales, a los grupos financieros y sobre todo a los gobiernos no les parece una idea rentable. Por verlo de una manera: vivimos a expensas de lo que digan las clases más privilegiadas del mundo y el Bitcoin representa una opción que le devuelve a las personas ese control.

En países como Venezuela que tienen una hiperinflación y hay devaluación de su moneda, Bitcoin ha tenido mayor aceptación; o en El Salvador, el primer caso en el mundo en autorizar las criptomonedas como moneda de curso nacional. Como se pueden adquirir con relativa facilidad por medio de plataformas web, resultan más convenientes que comprar por valor de dólares en físico, pues evita comisiones y se pueden enviar a otras personas en otros países. Además, las criptomonedas protegen a los usuarios de la inflación que tienen los países receptores.

Dentro del tema de envíos de dinero, los mexicanos en Estados Unidos prefieren hacerlos a través de transferencias electrónicas, lo que representa el 99% de las transacciones, mientras que los envíos en efectivo solo suman el 0.5%. En total se han efectuado 11.6 millones de transacciones, según el informe del Banco Central. En conclusión, las remesas representaron el 3.9% del PIB de México en los primeros tres meses del 2021.

¿Serán entonces las criptomonedas la nueva vía de remesas en América Latina? Según Chainalysis Venezuela, Argentina, Colombia, Brasil, Chile, Perú y México figuran entre los países con mayor adopción de criptomonedas en el mundo. Las remesas enviadas por medio de criptomonedas desde el extranjero hacia países de América Latina pasaron de unos 100 millones de dólares por mes, entre octubre y abril de 2020; a casi 400 millones por mes entre abril y mayo de 2021.

Ya que el sistema financiero está excluido para ellos en un inicio; con Bitcoin solo tienen que llegar a una computadora y crear una billetera virtual. Bitso, fundada en 2013 en México, alcanzó en los últimos meses 3 millones de usuarios registrados en su plataforma de compra venta de Bitcoin, Ethereum, DAI y una decena de criptomonedas más.

Su existencia bajo estos datos básicos demuestra lo bien que camina la economía mexicana a pesar del golpe dado por la pandemia de Covid-19. Giselle Arellano admite que, con el uso de este activo digital nuestra economía está en recuperación, está creciendo; sin embargo, las instituciones financieras no están autorizadas a celebrar ni ofrecer al público operaciones con activos virtuales, incluidos los depósitos o cualquier otra forma de custodia, así como el intercambio o transmisión.

Ella recomienda que, antes de invertir en Bitcoin o cualquier producto financiero, es importante tener una adecuada asesoría y educación financiera. Es necesario aprender sobre el empleo de estos activos virtuales como depósito de valor o como otro modo de inversión.

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Aguascalientes

A propósito de…

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Por Isadora

Hace pocos días un amigo de la familia me hizo favor de publicar un escrito que dediqué a aquellas mujeres que han sido agredidas por otras de su mismo sexo, específicamente en el ámbito laboral, ahora me he determinado a plasmar cotidianamente temas de interés que surgen en mi intelecto a partir de vivencias propias o de mis cercanos, definiendo titular la sección “A propósito de…”, espero que sea de su interés y agrado y con mucho gusto me encantaría leer comentarios, críticas y aportaciones a efecto de continuar redactando para ustedes.

En esta ocasión me gustaría comentarles, a propósito del inicio del mes de febrero, que me puse a hacer las cuentas típicas de las deudas que hay que cubrir por impuestos, seguros, entre otras cosas y de verdad que es muy preocupante la situación que vivimos la mayoría de los que no somos privilegiados; en mi caso, soy una persona que cuenta con dos empleos, en los cuales me retienen las contribuciones diligentemente, si quiero ahorrar un poco, me cobran por manejo de cuenta y el fisco otra vez porque estoy registrando un ingreso a cuenta bancaria y cada mes debo declarar lo poco que percibo en mi segunda labor, debiendo pagar a un profesionista para que me haga los cálculos correspondientes.

Si se fijan, es un dolor de cabeza, pues entre más trabaje uno más le piden que aporte al Estado, sea poco o sea mucho lo que se perciba y entonces ¿Cómo hacen las personas que tienen un empleo “malo”?, ¿Qué tienen que efectuar para poder cubrir el predial de su casa o el control vehicular, en el remoto caso de tener coche?;

No encuentro respuesta, la verdad es que aunque sea una morada básica o un carrito modesto, la cosa se pone difícil, hay que cumplir esos rubros y encima de todo afrontar que en cada tienda a la que vamos para sufragar nuestras necesidades básicas, están reetiquetando los productos, ya ni siquiera sé cuál es la canasta básica o si existe, los frijoles y las tortillas que se traducían en comida de “pobres” ahora parece un lujo, la gasolina ni se diga, el gas, el transporte público, etc., etc.

Cuando era más joven meditaba sobe porqué la gente no ahorraba, por qué no contrataba un seguro de vida, de automóvil, de gastos médicos; ahora caigo en cuenta, la realidad te absorbe y cuando menos piensas estás subsumido en una necesidad extrema de cosas a veces imposibles de tener, el grueso de la población apenas sobrevive con lo más elemental y obviamente esos conceptos son inalcanzables, se tiene que conformar con medio comer, medio vivir y medio cuidarse, la salud es un lujo total, el sistema “gratuito” es sinónimo de muerte básicamente y el sector privado está así constituido para quien pueda pagar una consulta de al menos setecientos pesos.

Me disculpo de antemano porque no es mi intención desalentarlos, pero quienes han vivido al menos el tiempo que yo o más, coincidirán conmigo en que cada vez ha sido más difícil afrontar la vida; sin embargo, mientras la tengamos no podemos dejar de hacerlo.

Mi propósito es que, en principio valoremos lo que tenemos, que exijamos más a quienes conducen nuestro Estado y el país y que aprendamos a ser honestos con lo que pasa a nuestro alrededor, creemos para las nuevas generaciones una conciencia de incentivación, que lejos de permitir ser un entorno limitado, trabajemos para que no consintamos que la salud, la educación, la alimentación y la seguridad, sólo sean temas que algunos dotados con privilegios disfruten.

Sobre todo, no demos las cosas por hechas, no juzguemos a nuestros semejantes porque no ahorran, porque no previenen o porque no hacen lo que nosotros con mucho esfuerzo tal vez podamos materializar, seamos empáticos con la gente que trata de subsistir día con día y sobre todo con aquella que encima de eso, vive con una actitud positiva, contagiémonos de ellos y si podemos seamos solidarios ante sus desventajas.

Les deseo muchas buenas vibras para su vida y la de sus seres amados.

 

 

 

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